MANOS EN EL BARRO


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Entrevista a Ignacio González Olmedo (b.19954) y Juanjo Aguilar Orellana (b.1990), viven y trabajan entre Madrid e Ibiza.

Filosofía, ciencia, poesía, arqueología, geología y mucho más: de todas estas áreas los comisarios Ignacio González Olmedo y Juan José Aguilar Orellana han extraído, extraen y extraerán - pasado, presente y futuro - en su última exposición, Todas las Partes Blandas se Perderán.

En ella, han seleccionado una serie de obras del artista madrileño An Wei, relacionando su práctica con los conceptos del pasado, el fósil y el estrato, vinculados a su vez con los de tiempo, memoria y pérdida dentro del ámbito doméstico. Ignacio y Juanjo se conocieron hace años, más o menos al mismo tiempo que se toparon con An Wei en una inauguración, dando origen a un trío peligroso que ha colaborado desde entonces. Su última muestra conjunta se inauguró el pasado noviembre en la Galería Berlin en Sevilla, un antiguo club nocturno que fue convertido en un espacio artístico en 2021 por Jesús Barrera, su actual director. Según me contaron los comisarios, este proyecto nació principalmente del deseo que ambos tenían de colaborar con An Wei y Jesús, a quienes conocían desde hacía mucho tiempo. Afortunadamente, terminó convirtiéndose en algo similar a las fiestas que se celebraban allí años atrás, llenando la calle de multitudes que recordaban a la pareja el tiempo en que el espacio aún era uno de los principales lugares de moda de la ciudad.

Charlo con Juanjo e Ignacio sobre el proyecto, preguntándoles sobre lo que significa comisariar desde la amistad e integrar el trabajo de un joven artista dentro de una vieja gloria de la juerga sevillana, convertida hoy en día en un centro de arte, disfrutando de cada una de las respuestas de este imparable dúo dinámico.
Entonces, contadme, conocisteis a An Wei hace años, convirtiéndoos en el tipo de comisarios que se enamoran del trabajo de un artista y lo siguen desde entonces allá donde va. ¿Creéis que la amistad afecta a vuestro trabajo como comisarios? ¿Ha evolucionado vuestra relación tanto personal como profesionalmente a lo largo de los años?

A lo largo de los años, hemos desarrollado un trato cercano y amistoso con muchos artistas, parecido al que tenemos con An Wei, con quien hemos realizado diversos proyectos desde más o menos el inicio de nuestra carrera como comisarios. De forma paralela, también fue lo que hizo que Juanjo y yo, que fuimos compañeros de clase en un máster de museología, nos hiciéramos, finalmente, amigos y  “business partners”. (risas).

Con perspectiva, podemos ver cómo efectivamente la amistad ha sido un elemento configurador de nuestra práctica curatorial. Nos afecta a la hora de socializar, de trabajar, y de plantear proyectos. Con el paso del tiempo, conforme se ha ido consolidando nuestra relación amistosa-personal-profesional, hemos ido aprendiendo el uno del otro, comprendiendo cómo desarrollar las ideas de las exposiciones de forma que encajen para ambos y se aprovechen nuestras diferencias.

Por ello, estamos muy contentos con este proyecto, ya que pensamos que hemos conseguido aunar de una forma orgánica (en la que vemos el paso del tiempo de nuestra propia amistad y la que tenemos con An Wei) un enfoque comisarial de corte poético que aporta Juanjo, y otro más científico de Ignacio. Esto nos ha permitido tratar el trabajo de An Wei en esa intersección en la que te sitúan sus obras fragmentadas, que permiten que cada persona las reconfigure y active a su manera.



En “Todas las partes blandas se perderán”, habéis usado los conceptos de lo pretérito, lo fósil y el estrato para reflexionar sobre una selección de piezas de An Wei, aunque el artista casi nunca da explicaciones teóricas sobre su propia obra. ¿Podéis explicarnos este proceso? ¿También tuvisteis en cuenta las características del espacio, la Galería de Berlín?

Continuando con lo que comentábamos más arriba, desde que conocemos a An Wei hemos ido viendo cómo ha profundizado una línea de trabajo de instalaciones pictóricas que plantean experiencias o vivencias incompletas, y que sitúan a los visitante en un rol activo que les invita a completar e integrar las obras desde su propia subjetividad. Para acercarnos a este proceso en el contexto de esta exposición - en la que las obras nos remiten de alguna forma a una experiencia pasada o perdida, a la que siempre se llega tarde -  encontramos que la versatilidad de los conceptos que mencionas nos permitían tratar el trabajo de An Wei de esta forma doble (poética y científica), jugando con los dobles sentidos y lecturas que se podían producir.

Estos conceptos tienen una coherencia semántica a través de la cual hemos podido acercarnos a las diferentes series de la exposición, que encajaban perfectamente con la forma de trabajar de An Wei, quien da mucha importancia a la adecuación site-specific de las obras. Por eso, desarrollamos el acercamiento del artista a Berlín Galería, que era una antigua discoteca que conserva restos de su historia en su configuración espacial (luces de discoteca, diferentes tipos de suelo, paredes descubiertas…), desde una visión ligada a la  arqueología y la paleontología.


Tras haber montado la exposición con vuestras propias manos, ¿Cuál es vuestra opinión sobre el papel a menudo multifacético del comisario? ¿Tenéis que estar preparados para meteros en faena y hacer lo que sea necesario?

Aunque en esta exposición fue Juanjo quien hizo el maravilloso trabajo de montaje, normalmente los dos participamos activamente en esta fase de las exposiciones. Para nosotros, el comisariado está en todas las fases de un proyecto. En este aspecto, tenemos bastante clara la importancia de trabajar en el montaje (y haber previsto las complicaciones técnicas y los mil inconvenientes que siempre surgen por presupuesto y espacio), y tener un rol horizontal en relación a los artistas y los montadores profesionales de la exposición.

No obstante, creemos que “meterse en faena” no sólo implica este aspecto más manual del montaje, sino que consideramos igual de importante toda la parte de coordinación y gestión de las exposiciones: los miles de emails con artistas, proveedores, galeristas o instituciones. En este trabajo, que suele estar en manos de figuras especializadas, también procuramos ayudar o participar nosotros porque, como hemos dicho, consideramos que también es parte del comisariado. Al final, todas las conversaciones y gestiones que hay que llevar a cabo para que salga adelante la exposición son lo que define en gran parte el proyecto, y cómo se va a sentir la gente que forma parte de él, que es una de las cosas a las que más importancia le damos. Es una parte quizás más administrativa, pero también fundamental para desarrollar la forma de trabajar cercana/amistosa que nos interesa.


En vuestras exposiciones, le dais mucha importancia a los detalles. En este caso, habéis impreso los comunicados de prensa en papel cebolla transparente para dar la impresión de que las palabras son un estrato en la página. ¿Qué queréis causar en el espectador a través de este tipo de propuestas?

Es una pregunta graciosa, ya que nuestra amistad empezó porque nos unió el odio que ambos teníamos hacia las típicas cartelas de cartón pluma que se suelen encontrar en las exposiciones. Así, una de las cosas que más claras teníamos desde el principio era que todos esos pequeños elementos que componen las exposiciones (las cartelas, las hojas de sala, los flyers) eran objetos con mucho potencial a través de los cuales dotar de coherencia a los proyectos. Son detalles que creemos que crean una atmósfera más densa en la exposición, y permiten que la gente se introduzca en el discurso que articulamos de una forma más profunda. Por ejemplo, una vez diseñamos servilletas de papel para una de las instalaciones de An Wei, relacionadas con los bodegones barrocos, decoradas con proverbios del siglo XVI que resumían el espíritu del proyecto y conectaban con el espacio donde se exhibía (la cafetería del CA2M).

Además, creemos que también tiene un aspecto divertido, de aportar de alguna forma nuestro granito de arena material a la exposición. Muchas veces decimos que son nuestras propias obras.


Por cierto, vuestra fiesta de inauguración fue un éxito, llenando Berlin Gallery de visitantes de Sevilla y Madrid. ¿Os parece que los eventos son importantes para activar las obras? ¿Tenéis en mente un tipo específico de público al preparar los shows? 

El opening de la exposición la verdad que fue muy bien.  Se creó un ambiente muy agradable, con mucha gente de Sevilla y Madrid que había ido allí a propósito. Respecto a la activación de las obras, creemos que funcionó muy bien todo. Llegó a ocurrir algo imprevisto, que creemos que cerró perfectamente el proyecto. Hay un punto del texto curatorial en el que hacemos referencia a los icnofósiles, que son literalmente huellas fosilizadas. Una de las instalaciones era una suerte de ejercicio especulativo arqueológico, que trabajaba sobre el suelo de la propia galería cuando era discoteca. Debido a la cantidad de gente que había, así como a la mezcla de ambiente festivo y visita concienzuda de las diferentes obras, algunas personas sin querer pisaron esta obra que funcionaba como un trampantojo, dejando las pisadas de su calzado en el suelo falso de aquella discoteca, activando y completando inesperadamente la obra.

Respecto al papel que tienen los públicos a la hora de plantear proyectos, el aspecto que nos resulta más relevante es la accesibilidad del proyecto, tanto a nivel físico como conceptual. Siempre procuramos adecuar la materialización de nuestras ideas a una forma en que tanto física como discursivamente el arte contemporáneo no ponga barreras o intimide. Por ejemplo, en otro proyecto, (YUPI), hicimos unos post-it tipo oficina con mensajes simpáticos que ayudaban a los visitantes a interactuar con la exposición.

Texto por Whataboutvic





RATO AO SOL is a Luso-Spanish platform for the emerging arts, founded by curators Francisca Portugal and Whataboutvic.

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